Liquidez, exposición y rentabilidad de la banca
Liquidez, exposición y rentabilidad de la banca
El estudio de KPMG revela que los depósitos crecen más que los préstamos, que se mantienen los niveles de morosidad y que continúa siendo elevado el costo de intermediación básicamente por los gastos operativos.
Informe Especial: situación del sistema bancario
Buenos Aires, 2 de noviembre de 2016 / KPMG. Un informe especial realizado por KPMG analiza la situación de los bancos argentinos y sus perspectivas a la luz de los cambios económicos y financieros adoptados por el nuevo gobierno. El paper tiene como título “Liquidez, exposición y rentabilidad del sistema bancario” y en él se sostiene que, en lo que va de 2016, se evidencia una fuerte desaceleración de los préstamos como de los depósitos, y que ambos están aumentando por debajo del nivel inflacionario; en tanto la liquidez del sistema, que había retrocedido en 2015, retomó la tendencia alcista a partir de fines del año pasado. “El marco recesivo con depósitos creciendo por arriba de los préstamos y un renovado colchón de liquidez propició el descenso de las tasas de interés que debería continuar hasta que el consumo y la inversión retomen una senda de crecimiento”, se afirma en el estudio.
Para la realización del informe se analizó la estructura de activos, pasivos y de rentabilidad en los bancos públicos y privados, los cuales fueron agrupados en cuatro categorías, y también en entidades no bancarias como compañías financieras y cajas de crédito, a partir de los datos consolidados a marzo de este año.
En términos de depósitos y tomando los 12 meses que van marzo de este año, los primeros 10 bancos privados aumentaron su caudal de depósitos con mayor dinamismo logrando un 48%; mientras que la banca pública tuvo un menor crecimiento alcanzando el 27%. En cuanto a la evolución del crédito fueron las entidades no bancarias las que más dinamismo tuvieron con un 37% anual de incremento, seguida por el grupo líder de bancos privados con un 35%.
“El sistema continúa solvente y bien capitalizado, con un escaso apalancamiento, márgenes de liquidez adecuados y crecientes (por la retracción crediticia vigente, en términos reales), y niveles de rentabilidad apropiados para sustentar la operatoria futura. La contracara de esto es un sector de muy baja escala, esencialmente transaccional, y de elevados costos operativos, en principio con margen para la eficientización. Los niveles de intermediación continúan reduciéndose en términos reales, partiendo de valores ya muy bajos en relación con el nivel de actividad y en relación a lo que es observado en otras economías”, sostiene el trabajo para agregar luego que “el mayor objetivo para los bancos en el mediano plazo será revertir estos bajos niveles de intermediación. El sector opera con una escala muy baja y eso redunda en costos altos que se traducen también en tasas relativamente altas en relación al riesgo asumido. Pero el contexto es también de una gran oportunidad tanto en el segmento de personas como el corporativo. Para un posicionamiento de mediano plazo, a partir de las reformas macroeconómicas que se están implementando el sistema financiero debería ser capaz de ofrecer mayores y mejores servicios y préstamos de más largo plazo tanto a familias como a empresas. Como se ha mencionado, es muy probable que el crecimiento futuro de la economía esté sustentado más en la inversión y en las exportaciones que en el consumo, y en ese contexto el segmento individuos podría saturarse en el mediano plazo en un entorno de mucha competencia en la industria, con un elevado número de jugadores para atender una menos vigorosa demanda potencial de servicios financieros. En paralelo, el segmento corporativo, especialmente el vinculado al comercio exterior, debería incrementar la demanda de crédito y otros servicios más que proporcionalmente, evento que los bancos deberán tener en cuenta para acompañarla, acomodando su estructura de venta y gestión de riesgos.”
Asimismo, se señala en el informe especial que la búsqueda de una nueva matriz de rentabilidad debería ser una constante en el futuro y que en muchas entidades hay margen para incrementar los niveles de eficiencia operativa, de procesos y de gestión de riesgos, que permitiría mayor flexibilidad en la oferta de servicios. “La búsqueda de un reposicionamiento comercial será acompañada por la búsqueda de mayores economías de escala y de diversificación, sobre todo teniendo en cuenta que la época de ganancias fáciles por el “cobro” de un elevado impuesto inflacionario podría llegar a su fin en los próximos años. Pero la reducción de la inflación patrocinará, precisamente, la reducción de la incertidumbre, la extensión de plazos y el crecimiento del sistema.”
Un hecho positivo que destaca el análisis es que “el deterioro en la actividad económica y del salario real, transitoria y que muchos analistas coinciden en que se irá revirtiendo hacia fin de año, no afectó significativamente los niveles de morosidad y los tiempos acordados de repago”, y que en “esta etapa de transición, que en el sector bancario se está desarrollando con relativa tranquilidad, debería ser el punto de partida y la oportunidad para un reposicionamiento estratégico con vistas al futuro de mediano plazo.”, concluye.-
Fin
SE ADJUTAN 3 GRAFICOS EN EL INFORME
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