Durante la pandemia producida por el virus COVID-19, el hogar se ha convertido en el lugar de trabajo para muchos. En todo el mundo, tanto empleadores como empleados han llegado a valorar ciertas ventajas del trabajo a distancia, que en muchos casos ha resultado ser tan o incluso más productivo que la actividad presencial.

A medida que muchos países comiencen a levantar las restricciones generadas por la pandemia, los empleadores tendrán que decidir entre volver al status quo anterior al COVID o si, contrariamente, se ajustarán a la tendencia percibida hacia un mayor régimen de teletrabajo.

Aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan al implementar acuerdos de trabajo remoto más sostenibles, implica equilibrar cuidadosamente las necesidades comerciales y las expectativas de los empleados. Es necesario considerar el impacto financiero y los riesgos legales, no solo en un contexto transfronterizo, sino también en un contexto nacional. Por lo tanto, es probable que encontrar la solución de trabajo remoto adecuada para su empresa se convierta en una de las principales prioridades de su agenda.

KPMG tiene una larga experiencia en la implementación de regulaciones integrales de trabajo remoto personalizadas, que no solo abordan los aspectos legales sino también todos los relacionados con impuestos internacionales, seguridad social, inmigración, laboral y nómina. En este sentido, el informe “Working from home” de KPMG International ofrece una gran comprensión de las tendencias, los requisitos y los obstáculos relacionados con el trabajo desde casa en más de 45 jurisdicciones.

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