Las empresas Fintech argentinas están logrando éxitos espectaculares. En poco tiempo el sector consiguió desarrollar un amplio ecosistema con un importante número de participantes. Cada vez más entidades ofrecen servicios digitales para promover la inclusión financiera. Es decir, lograr que todos los consumidores puedan acceder a servicios y productos financieros a costos razonables y de manera segura, utilizando las nuevas tecnologías. Los carismáticos emprendedores argentinos reconocieron temprano el gran potencial de crecimiento que presenta una sociedad con alta penetración de dispositivos móviles y baja bancarización. Algunas entidades ya están desembarcando en mercados extranjeros con planes ambiciosos de crecimiento. Las Fintech se están convirtiendo en el motor de crecimiento creativo de la industria argentina.
Existen diferentes modelos de negocio y una amplia gama de servicios. Destacan principalmente Proveedores de Servicios de Pagos (“bancos digitales”), Billeteras Virtuales y Prestadores de Crédito no financieros, que ofrecen préstamos de consumo al público general de forma online (“préstamos digitales”). Después de una fase inicial de gran crecimiento comercial, el punto de atención debería caer en la infraestructura administrativa. Esta debe estar a la altura del desarrollo comercial para lograr un crecimiento orgánico sostenible. Ahí debemos pensar en temas como regulación y contabilidad financiera, así como la gestión de riesgos. Si bien el BCRA, pese a estar aumentando la regulación del sector, actualmente no exige la aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), las mismas son importantes para las Fintech a la hora de poder presentar información financiera transparente a los inversores internacionales. Las NIIF son complejas y su correcta aplicación requiere un soporte tecnológico considerable. El principal reto contable en el mundo Fintech es la velocidad a la cual se generan y se refinancian préstamos online. Esto exige un sistema contable sofisticado, capaz de contabilizar rápidamente una gran cantidad de transacciones, realizando a la vez pruebas y cálculos requeridos por la norma. A continuación, se presentan algunos ejemplos relacionados a la NIIF 9: Instrumentos Financieros, la norma más relevante para las Fintech, que incorpora la contabilización de préstamos y su previsionamiento.
De forma habitual, préstamos se registran a costo amortizado. Es decir, devengando intereses a su tasa efectiva sin mayor complejidad. No obstante, cualquier modificación posterior del esquema de flujos de fondos requiere un análisis especial para determinar el tratamiento contable apropiado. Un servicio afectado sería la cuotificación de préstamos. Técnicamente, se trata de refinanciaciones que requieren un análisis cualitativo y cuantitativo, basado en una comparación de los flujos de fondo descontados, para determinar, si la misma debe considerarse sustancial. El resultado determina la contabilización del préstamo refinanciado y el tratamiento de los gastos relacionados. Otra actividad relevante son titulizaciones, es decir la colocación de carteras de préstamos en el mercado de capitales. Se puede esperar una creciente actividad en este sentido con el crecimiento del mercado de los préstamos digitales. Sin un análisis previo, titulizaciones de una parte de la cartera puede contaminar el tratamiento contable de la totalidad, normalmente de forma desventajosa.
Por otro lado, está la gestión de riesgos, especialmente de crédito. Para estimar la morosidad de sus carteras, las Fintech aplican modelos avanzados con inteligencia artificial, redes neuronales y datos alternativos. No obstante, para que estos modelos puedan utilizarse en el cálculo de previsiones contables, deberán cumplir con los requerimientos normativos de los modelos de pérdida crediticia esperada, que son los modelos que demanda la NIIF 9 para la estimación de previsiones. Puntos especialmente desafiantes de este enfoque son la inclusión de variables macroeconómicas y la estimación de la exposición correspondiente a compromisos de préstamos, que deben estimarse según la probabilidad que los prestatarios ejerzan dicha posibilidad. Las Entidades deberán revisar sus modelos para asegurar el cumplimento.
Estos casos subrayan la importancia de considerar los requerimientos contables antes de lanzar las actividades comerciales. Si bien su aplicación de momento no es obligatoria, las NIIF son decisivas a la hora de poder presentar información financiera a nivel internacional y de esta forma seguir atrayendo inversiones extranjeras. Muchas Fintech han alcanzado un tamaño de negocio considerable que requiere sistemas de contabilidad y regulación financiera, así como de gestión de riesgos adecuados para seguir creciendo sobre una estructura administrativa apropiada. Ahora parece ser un buen momento para afrontar este desafío. Se recomienda ajustar los sistemas anticipadamente mientras que el negocio y la organización tengan un tamaño manejable. Más adelante será más retador, como pudo observarse en la implementación de las NIIF para las entidades financieras en 2018.
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