El informe Tendencias Emergentes en Infraestructura 2020 sugiere que este año los gobiernos comenzarán a escuchar y responder a las necesidades de los ciudadanos. Incluso, se estima que los mercados emergentes superen a sus pares "maduros" en tecnologías y capacidades clave, al tiempo que las empresas y los mercados financieros liderarán la agenda verde. La inversión fluirá a nuevos mercados y el diálogo sobre el cambio climático continuará impulsando las agendas globales. En este entorno, los gobiernos, inversores, desarrolladores y operadores deberán responder y transformarse rápidamente. Las nuevas habilidades de escucha serán críticas y se requerirán nuevas ideas.

Como conclusiones generales del estudio se desprende que la sociedad está demostrando disconformidad y está preocupada por la problemática ambiental. También exige por la igualdad social y está reclamando mejores condiciones de vida y trabajo. Para muchos Gobiernos, esta oleada de descontento pasa en momentos en que se presentan limitaciones en los presupuestos públicos. Las tecnologías están cambiando de forma acelerada al tiempo que están surgiendo nuevos riesgos y la planificación se está volviendo infinitamente más compleja. En síntesis, la velocidad de respuesta de los gobiernos se muestra inadecuada.

En cuanto a cómo estas tendencias tendrán influencia en las regiones menos desarrolladas con la Argentina, Mariano Sánchez, Socio a cargo de Infraestructura y Gobierno en KPMG Argentina, señaló que “estas tendencias marcan claramente que a pesar de las dificultades y necesidades que hay en el mundo, los países emergentes todavía presentan oportunidades. Para el caso de Argentina, que desde hace muchos años evidencia necesidades de mejora de su infraestructura, es importante prestarle atención a estas tendencias globales y aprovechar la experiencia mundial, esto es saltear lo que se llama la curva de aprendizaje que ya hicieron los países desarrollados y aplicarla directamente a los proyectos locales aprovechando las ventajas de la tecnología. En este sentido, estabilizar las principales variables macroeconómicas es, sin dudas, condición indispensable para retomar la ejecución de los planes de infraestructura pendientes que podrán llevarse adelante si además de la inversión pública se suma la privada en asociaciones mixtas de mediano y largo plazo que puedan garantizar la finalización de las obras. Este es un tema no sólo logístico sino esencialmente estratégico para el país, si finalmente logra ingresar a un sendero de crecimiento económico y social sostenible en el tiempo”.

Los datos revelados en este informe muestran que habrá un impacto significativo en el sector de infraestructura durante este año. La planificación a largo plazo y la inversión serán cada vez más desafiantes; los flujos de capital y modelos de inversión cambiarán rápidamente. Las tecnologías y los activos se volverán obsoletos de manera inesperada y, de manera constante, la sociedad continuará empujando al cambio.